Periodismo-I

POR CARLOS JULIO VIDAL.Independencia, imparcialidad, mente abierta y perceptiva e integridad profesional son las joyas que deben adornar al periodista. ¿Cuál mejor día para promover y preservar estos valores?
La noble profesión periodística siempre ha impactado a aquellos que sentimos gran admiración por quienes mantienen una ética radical en su quehacer o modo de vida. Nuestra historia recoge grandes ejemplos, incluyendo algunos aun vivos y ejerciendo.




Escribir y opinar sobre cualquier tópico no lo hace a uno periodista, es más bien una manera de expresar, compartir, formar e informar en ocasiones acerca de ideas y percepciones de las realidades que nos afectan, Por eso, hoy queremos enaltecer a nuestros profesionales de la información, en cualquiera de sus formas, revisando los razonamientos sobre las características y principios del honroso oficio.
Organizaciones profesionales del periodismo mundial parecen coincidir en que “el propósito central es proveer a la ciudadanía con la información precisa y confiable que se necesita para funcionar en una sociedad libre”. Concibiendo una amplia amalgama de roles o funciones que pueden ir desde ayudar a identificar las metas de una comunidad, sus héroes, sus enemigos, hasta darles voz a los que no la tienen, entreteniendo, sirviendo de vigilantes de derechos y deberes, así como guardianes de garantías constitucionales.
A través del tiempo se han conformado principios básicos del periodismo profesional dentro de la praxis ética y académica, según hemos indagado en las correspondientes fuentes, que constituyen la teoría de la disciplina.
La mejor forma de celebrar y homenajear al periodista dominicano es precisamente refrescando la motivación ética envuelta en dichos principios al listarlos aunque sea a manera de recordatorio.
1. La primera obligación del periodismo es la verdad.
La democracia depende de que a la ciudadanía se le sirva los hechos precisos y confiables en un contexto significativo.
2. El primer deber del periodista es con los ciudadanos.
Los propietarios de los medios se deben a los accionistas y anunciantes pero el periodista se debe al interés público por encima de todos, si es que proveen la información sin miedos ni favores. La teoría de la industria moderna de la información es que la credibilidad crea una audiencia amplia e inamovible o leal que a su vez resulta en crecimiento y el éxito del negocio en sí. Un medio periodístico veraz, objetivo e imparcial no necesita concederle favor a nadie, ni tiene que temerle a nadie, es el verdadero “Cuarto Poder”.

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