DESDE LAS GRADAS DEL SUR: En la Capital no sólo se hacen los cheques

 

POR FREDY E. PÈREZ ESPINOSA.
En  el Distrito Nacional, Capital de la República Dominicana, no sólo se hacen los cheques, como popularmente se dice, sino que se concentra el poder político, económico y social de la Nación. Existe un grado  de centralización tal,  que ninguna de las instituciones del Estado puede a nivel regional accionar para resolver  situaciones de la cotidianidad diaria.  Y lo que es peor aún, no disponen de recursos económicos para hacerle frente a los trabajos  propios de sus instituciones. El INDRHI, IAD, INAPA y el Ministerio de Agricultura, por sólo citar algunos casos,  son un ejemplo palpable de lo que acabo de decir. Estas instituciones no manejan recursos a nivel regional y hasta para comprar una pequeña pieza tienen que hacerlo vía el incumbente que tiene su sede en la Capital.
La centralización es un mal endémico que afecta la dinámica productiva, a nivel estatal, de la República Dominicana y la misma debe ser superada, dando paso a una estructura organizativa fluida y eficiente que permita una operacionalidad acorde con los niveles  racionales que exigen nuestros tiempos.

Pero la centralización no sólo se produce en las instituciones de estatales, sino a nivel de opinión pública y en la incidencia de los medios de comunicación. La radio, la televisión y algunos periódicos, tanto impresos como digitales, son manejados profesionalmente para crear una conciencia ciudadana que responda a los intereses de grupos económicos y políticos muy poderosos.  De ahí que, existan los que se denominan “líderes de opinión”.  Pero, ¿Quiénes son los líderes de opinión? ¿Dónde viven? ¿Qué intereses representan? ¿Quiénes son los propietarios de los medios donde ellos hacen su trabajo?

Lo primero que debo decir ante todas estas interrogantes es que los famosos líderes de opinión viven casi todos en la Capital y que los propietarios de los medios donde producen sus programas son representantes de las clases económicamente poderosas de la República Dominicana.  Por lo tanto, los líderes de opinión representan los intereses de los propietarios de los medios donde ellos hacen sus programas.

Pienso que es incorrecto hablar de la opinión pública en la República Dominica, lo correcto es hablar de la opinión de los propietarios de los medios de comunicación y de los que producen programas en la radio y la televisión nacional, los cuales junto a los monaguillos que les acompañan, representan intereses económicos y políticos, en la mayoría de los casos.

Algunas personas, equivocadamente, de esas que hacen programas de TV o de la radio, identifican a la Nación Dominicana con la Ciudad Capital y no es así, ya que Jimaní, Pedernales, Samaná, Nagua, El Seibo, Barahona, Azua y los demás pueblos, forman, en su conjunto, la República Dominicana.

A un presidente dominicano le preguntaron en una ocasión, en Barahona, que cuál era su opinión acerca de la participación de esta provincia en el Diálogo Nacional.  La respuesta fue la siguiente: ¿Y qué tiene que ver Barahona con el Diálogo Nacional?

Esta respuesta nos hace ver  la conciencia creada por los medios de comunicación en la ciudadanía, que incluso un presidente considera que una provincia como Barahona no tiene nada que ver con el Diálogo Nacional. Saquen ustedes sus propias conclusiones. 

Ahora bien,  ¿Se puede dejar fuera en un tema de debate nacional al CONEP,  la FINJUS,  la  ANJE, Participación Ciudadana u otra de las instituciones de esa naturaleza que están enclavadas en el centro hegemónico de la Ciudad Capital?

Claro que no, de acuerdo a sus auspiciadores y promotores, ya que esas son las “fuerzas vivas de la sociedad dominicana”.  Pero, ¿Cuáles son las fuerzas muertas?  ¿Las instituciones y personas que no tienen  sus oficinas en la Ciudad Capital?

Los programas que se difunden por los medios de comunicación, principalmente la radio y la televisión, dirigidos por los  “líderes de opinión” son los encargados de hacernos creer que esas instituciones, y otras que no he citado, son las portaestandartes de las decisiones nacionales y que los demás debemos acatar tal cual.

Los que vivimos en las provincias tenemos que estar claros que existe una marcada e intencional centralización en la Ciudad Capital, la cual no es sólo económica, sino social y política.  A través de los medios de comunicación van creando en la conciencia nacional la falsa percepción de lo que es bueno o es malo, de lo que es aceptable o inaceptable, pero siempre con un trasfondo que responde a sus intereses económicos o políticos.

En la Capital no sólo se hacen los cheques, sino que se toman decisiones que afectan el desarrollo de regiones importantes de la República Dominicana, donde el bloqueo y las zancadillas están a la orden del día: 1) ¿Qué tal de la Presa de Monte Grande? 2) ¿Qué ha pasado con Bahía de las Águilas? 3) ¿Cómo va la crecida del Lago Enriquillo? 4) ¿Se va a modificar la ley 28-01 que crea la Zona Especial para el Desarrollo Fronterizo y favorecer a los fabricantes de  gaseosas instalados en la Capital?

Pienso que los “líderes de opinión”, como erróneamente son llamados, los “cienciólogos” de los programas de la televisión y la radio de la Ciudad Capital, deben responder a las interrogantes formuladas o es que sólo opinan para su conveniencia y para los grupos económicos y políticos que los sustentan.  Sé de varios de ellos, que producto de su enorme sacrificio por la Patria han logrado cargos de embajadores, senadores, diputados, cónsules, regidores y uno que otro cargo en la Administración Pública. 

Parecería que Juan Antonio Alix (1833-1918)  dedicara a ellos su famosa décima que lleva por título Los Mangos Bajitos y que en su primera estrofa expresa lo siguiente:

Dice Don Martín Garata
persona de alto rango
que le gusta mucho el mango
porque es una fruta grata
pero treparse en la mata
y verse en los cogollitos
y en aprietos infinitos
como eso es tan peligroso
él  encuentra más sabroso
coger los mangos bajitos

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