Tribunal
SANTO DOMINGO.- En carta enviada a Cármen Lira Saade, directora del periódico La Jornada, de México, el embajador de la República Dominicana en esa nación, Fernando Pérez Memén, refutó juicios “erróneos y expresiones ofensivas e irrespetuosas en contra del Tribunal Constitucional dominicano y nuestro pueblo”, de parte de Jorge Durand en su articulo “Genocidio civil”, publicado el 3 del mes en curso.
El diplomático y periodista argumentó que la sentencia del TC que niega la nacionalidad dominicana a los hijos de extranjeros, tiene como base nuestra Constitución, la que desde la Reforma Constitucional del 20 de junio de 1929, ha establecido que la nacionalidad dominicana se obtiene entre otras formas por nacimiento en nuestro territorio, exceptuando a los hijos de extranjeros en representación diplomática o los que están en tránsito.
Esa disposición -agrega- está ratificada en las reformas constitucionales de los años 1966, 2002 y 2010, las cuales siguen los lineamientos expresados en la “Declaración sobre los Derechos Humanos de los Individuos que no son Nacionales del País en que viven”, adoptada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en su resolución 40/144, del 13 de diciembre de 1985, que indica que “ninguna disposición de la presente Declaración se interpondrá en el sentido de legitimar la entrada ni la presencia ilegal de un extranjero de cualquier Estado. Tampoco se interpretará en el sentido de limitar el derecho de cualquier Estado de promulgar leyes y reglamentaciones relativas a la entrada de extranjeros y al plazo y a las condiciones de su estancia en él, o a establecer diferencias entre nacionales y extranjeros”.
Tras presentar la definición de extranjero en tránsito de la Suprema Corte de Justicia, como “aquellas personas que no tienen domicilio legal en la República” o “que carecen de domicilio legal”; analizó el caso de Juliana Pierre, quien reclamaba la ciudadanía dominicana por el jus solis, es decir, por nacimiento en el territorio de la República.
Señaló que al momento de nacimiento Pierre (1º de abril de 1984), estaba vigente la reforma del 28 de noviembre de 1966, que no concedía la nacionalidad a los extranjeros ilegales en la categoría de “en tránsito”: y expresó que dicha sentencia no contraviene a la Convención Americana de Derechos Humanos, en lo relativo al derecho a la nacionalidad ni tampoco a la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas, de 1954, por hija de padres haitianos.
Planteó que el principio de la nacionalidad por jus sanguinis, en el constitucionalismo haitiano ha sido constante, partiendo de la Constitución de 1843 hasta la vigente del 2011, en su Art.2, que reza: “posee la nacionalidad haitiana de origen, todo individuo nacido de padre o madre haitiana quienes, a su vez hayan nacido haitianos y nunca hubieran renunciado a su nacionalidad desde el momento del nacimiento”.
Pérez Memén rechaza, “por incorrecta y carente de base documental”, la apreciación del articulista cuando señáló que “han perdido su derecho a la nacionalidad cerca de 244 mil descendientes de extranjeros de los cuales 86% son haitianos”, en este sentido indicó que dicha sentencia estableció que la Junta Central Electoral hiciera una auditoría en los libros de registro de nacimiento del 1929 hasta la fecha. De conformidad con los resultados sólo 53,947 son las personas extranjeras afectadas, y de ellos 22,689 son de origen haitiano.
Objeta también, el mal concepto que tiene del pueblo dominicano al calificarlo de “nacionalismo exarcebado” y “sentimiento antihaitiano”, por el contrario consideró que siendo el pueblo dominicano un país pequeño, de territorio superpoblado, subdesarrollado, con grandes desafíos sociales y económicos y sometidos a un continuo, grande y desproporcionado movimiento migratorio, no hay de parte de nuestro gobierno ni del pueblo, sentimiento alguno de animadversión, mezquindad e irrespeto a los haitianos, pues lo que tenemos lo compartimos con ellos.
Y en éste sentido, destacó la voluntad del presidente Danilo Medina a favor de una política de respeto y buena vecindad con Haití; de la integración y solidaridad internacional con esa nación; su disposición de colaborar con la OEA en su proyecto de dotar de documentos de identidad a los haitianos; el relanzamiento de la Comisión Mixta Bilateral, entre otros aspectos, en pro de armonía y fraternidad con el pueblo haitiano, del cual somos en todo el universo la nación más solidaria, puntualizó.

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