Respondo Por Tony El

Publico hoy el panegírico que pronunciara en ocasión de entregar a la tierra los restos mortales del buen amigo Tony el Champion y lo hago cuando han pasado muchos días de este hecho trágico porque me prometí a mi mismo publicarlo y cuando uno se compromete debe cumplir.
Siempre que un amigo muere me hago esta pregunta ¿Por qué se muere la gente? 


Y aunque tengo un pleno concepto, el mío, el propio, algo que se torna en convicción personal reitero que siempre que muere una persona de nobles ideales, de alta valía humana la pregunta se hace recurrente en mi ¿Por qué se muere la gente? 

Y reconozco que he pecado muchas veces cuando he visto gente en la funeraria que debe vivir muchos años quizás para siempre y sin embargo mueren en la flor de su juventud, a destiempo y he deseado la muerte de muchas lacras, de personas que su diario vivir es para el mal, para causar daño a sus semejantes, personas indefensas, ciudadanos que solo viven para el bien.
Pero la vida es así, la muerte será siempre algo desconocido, misterioso y algo inevitable en este mundo de pecados y fantasías, esa pregunta que para nosotros los mortales casi nunca tienen explicación contundente.
Y escribo este introito apesadumbrado, triste con mucha pena por la muerte de un amigo extraordinario, a un hombre que escogió para vivir y desde aquí mudarse a la eternidad uno le podía llamar Míster Tony, el champion o llamarlo por su nombre Rafael Antonio Núñez y siempre era la misma persona, agradable, servicial, caballeroso, él fue uno de los 30 caballeros que sin embargo vino a quedarse con nosotros, hombre educado, esmerado, decente, de una alta vocación de servicios, hombre con ideas claras las que exponía con parsimoniosa mansedumbre, parecía un maestro de la vida, en la calle 16 de Agosto del barrio mejoramiento social sentado frente a su residencia la casa de la familia Volquez, desde allí sentó un precedente de amistad, de compañerismo, a míster Tony siempre era fácil llegarle por el cariño que expresaba y la espontaneidad que reflejaba en sus ojos vivos, llamativos y esa vocación que en estos tiempos es casi una virtud le abrió las puertas de tantos amigos y de tanta gente que lo admiro y lo quiso.
Aquí nadie le pregunto qué de donde era, Tony se aplatano y para los barahoneros el era un Barahonero mas en razón de que se preocupo tanto por los problemas de la comunidad que se gano el afecto, el cariño y la admiración de todos y ese aprecio tiene más valor en estos tiempos que un acta de nacimiento, todo el que se acerco a Tony buscando orientación la tuvo y la hallo desde el hondón de sus sentimientos donde se sienten las más sanas y fértiles emociones.
El que tuvo problemas en la familia hayo en el las orientaciones precisas cuando se trataban de problemas de pareja, de matrimonio hayo en Tony la más alta valoración por la familia, el que estaba enfermo el no solo le dio el remedio sino que lo ayudo a prepararlo.
Fue un preocupado por los problemas sociales de la comunidad Barahonera, le preocuparon la salud y critico fuertemente para que todos nos empoderáramos para que fuéramos artífices de los cambios impostergables de un sistema de salud caduco que abandonaba a los que menos podían a los desheredados de la fortuna que somos casi todos los Dominicanos a su serte.
Orientaba sobre el agua, sobre el sistema de transporte, sobre la vida en sí misma, hablaba de la necesidad de cambiar y converso sobre nuestras realidades, sus años vividos y trabajados en New York Estados Unidos de Norteamérica lo prepararon y despertaron en él un humanismo que lo comprometía frente a sus semejantes.
Y por ello fue tan fructífera su vida al grado que no le importo la nacionalidad de nadie al momento de servir, todos somos ciudadanos del mundo solía decir, el mundo es uno solo, las fronteras las creo el hombre en un afán hipócrita por esclavizar al otro, esto lo repetía en una fraseología llena de contenido humano que lo hacían un hombre firme y decidido a favor de la verdad y sus principios.
Reitero de Tony se podrían decir muchas cosas, de su bondad, de su grandeza espiritual, pero yo solo quiero decir al terminar que Tony fue un regalo de Dios que muchos lo apreciaron al termino de sus días, recuerdo que cuando creo la escuela de carnaval los pollitos siempre decía – “Que ningún obstáculo impida nuestros propósitos” “Lo imposible hay que hacerlo posible con el esfuerzo, con la integración”.
Es verdad que con la muerte el hombre descansa de su trabajo, pero su obra a cada quien le sigue y yo estoy convencido que donde te encuentres al final de tus días allí te llamaran como aquí te llamamos, Tony el champion, mister Tony o Rafael Antonio Núñez porque ese eras tú un campeón de campeones, Descansa en paz hermano Tony hasta que volvamos a vernos en la eternidad.

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