Por Néstor Garcìa
Hace 9 años que se hizo la última evaluación al magisterio. En el año 2008, cuando la ley 66-97, establece que cada 3 años debe haber una evaluación al desempeño del docente.
Ahora, en octubre recién pasado, el Minerd inició las pruebas al desempeño docente, una enorme campaña publicitaria ha hecho esta institución a lo largo y ancho del país.
Sin embargo, los resultados no han sido nada halagüeños para el sistema educativo dominicano.
Veamos los grandes errores: primero la selección de un personal de facilitadores no competentes, incluso se incluyó a jóvenes no profesionales y sin la debida instrucción o adiestramiento para acompañar el proceso, en segundo lugar la desorganización.
En tercer lugar enormes fallas en la parte logística, esto es, deficiencia alimenticia, los materiales de las pruebas incompletos y no acorde con lo requerido por los itemes o preguntas para contestar, a tal punto que parece que se les agotaron los recursos monetarios y optaron por recurrir a una hoja de respuestas de pruebas nacionales que se aplican a los estudiantes del nivel medio, lo que demuestra el desorden existente en el ministerio de educación.
Ha quedado lo suficientemente claro que las deficiencias más notables en educación no están en los docentes sino en las autoridades que dirigen el sistema educativo dominicano.
Esperemos pues que el ministro de educación le dé una explicación al país sobre las fallas en que ha incurrido y, al mismo tiempo, que el Comité Ejecutivo Nacional de ADP asuma su rol ante este despilfarro de recursos del Minerd y asuma su posición como un gremio al servicio de la clase magisterial.
El autor es profesor, abogado y comentarista del programa Impacto Mañanero
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