OPINION: El triunfo de las Estrellas tiene sabor evangélico


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Las Estrellas Orientales se coronaron como el equipo campeón de nuestro torneo de béisbol otoño-invernal 2018-2019, después de tener medio siglo sin ganar un campeonato. Para que logros de este tipo se materialicen es necesario la convergencia efectiva de una serie de factores entre lo que están:  buena gerencia, estructuración de un equipo competitivo, buen mercadeo, entusiasmo y sinergia de grupo, deseo de ganar y una evidente calidad y dominio del juego, y en el caso particular de este triunfo, el favor de Dios que fue reclamado con oraciones y clamores por parte de una fanaticada de una notoria influencia evangélico-protestante.

Crédito, además, para el profesante entusiasmo de los Tatis, padre, hijo, y demás jugadores que vivieron su fe cristiana con desbordante fervor en cada una de las jugadas que ejecutaron en el terreno. Estos peloteros dieron testimonio de su fe con sus oraciones insistentes y con sus clamores y alabanzas al Señor, antes y después de cada partido. Todo el júbilo que resonaba después de la victoria, estuvo acompañado de la expresión: ¡La gloria es de Dios!
Desde el inicio del 2018, en el mismo terreno del Estadio Tetelo Vargas, millares de creyentes, aprovechando la celebración del primer centenario de la llegada de los pentecostales a San Pedro de Macorís, comenzaron a expresarle al Señor su deseo de que el equipo de las Estrellas Orientales ganara el campeonato correspondiente a este torneo

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