La cuarentena aplaca, en parte, el “apetito” dominicanos por el ruido

Por María Montecelos
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Santo Domingo,(EFE).- El dominicano es un pueblo ruidoso. Aunque la cuarentena establecida frente al coronavirus ha conseguido mitigar el estrépito cotidiano en Santo Domingo, lo ha hecho de manera desigual y, en ciertos sectores, permanece casi inalterable la atmósfera de alboroto previa a la llegada del COVID-19.
El nobel de Literatura Mario Vargas Llosa se refería a “ese apetito por el ruido. (Por el ruido, no por la música)”, en ‘La fiesta del Chivo’, novela que se desarrolla en el segundo periodo del dictador Rafael Leónidas Trujillo en el poder (1942 a 1952).

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