Así no mi hermano Alejandro (I)
POR BIENVENIDO HEREDIA

Leí en ECOS DEL SUR,  un artículo publicado en la fecha por el excelente y preocupado periodista Alejandro Santana, mi verdadero mentor en el difícil oficio de la comunicación.

Esa relación histórica entre Santana y el suscrito se ha ido fortaleciendo con el tiempo, producto del constante contacto y de las coincidencias que hemos tenido en casi todos los temas en que hemos asumido posturas, tanto públicas como privadas. Sin embargo, el asunto de la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional (TC), sobre la nacionalización de hijos de extranjeros nacidos en el país, tenemos posiciones muy diferentes, contrarias y hasta muy radicales, lo admito.

En su artículo, titulado “SNTP, CDP y la Jornada de velas”, mi hermano Alejandro califica a quienes defendemos la sentencia de enfermizos políticos: “solamente en las mentes estrechas y enfermizas que enquistados en el poder político, sólo valoran los beneficios que reciben por estar alineados”, señala en uno de sus párrafos.

Soy de los primeros que consideró (y considera) traidores a la patria a quienes se frotan las manos y hacen babitas porque la República Dominicana sea condenada en organismos internaciones y que se le cierren las puertas en países con quienes conservamos buenas relaciones económicas y diplomáticas.

No pido la muerte física de esos personeros que viven del financiamiento que les dan organismos radicados en los países que quieren ver al pueblo dominicano con la carga completa del pueblo haitiano, el cual sus seculares gobernantes han mantenido en la más espantosa de las miserias humanas. Pero sugiero su entierro simbólico en los medios de comunicación que ellos no dirigen.

Los países, que como Canadá, Francia y Estados Unidos, y organismos como la UE, OEA, Caricom y otras, no han hecho nada para cambiar el destino de los haitianos, no tienen calidad moral para exigir a nuestro pueblo que se sacrifique más por los hermanos haitianos.

Los dominicanos no pueden prestarse a las pretenciones de las autoridades haitianas para que sea el Estado Dominicano quien le expida documentos a los cientos de miles de ciudadanos de su país (más de 7 milllones) a los que ellos no les han expedido ni siquiera un acta de nacimiento.

Esos malos dominicanos, traidores a la patria (insisto), no realizaron una campaña activa, ni tímida, a favor del país, cuando el gobierno haitiano cerró el mercado a la venta de pollos y huevos, basados en una sucia y vulgar mentira sobre una supuesta gripe aviar de esta lado de la Isla.

0 comentarios:

Publicar un comentario