POR JOSE CORNIELL 
 Tomado de ECOS DEL SUR.

Con la escogencia del licenciado Danilo Medina Sánchez como presidente de la república en las elecciones presidenciales del año 2012, los dominicanos se llenaron de esperanzas y grandes expectativas, las que, a nuestro entender, se han ido desvaneciendo gradualmente.

Y es que durante el año que transcurre, el mandatario dominicano se dedicó a resolver pequeñas cositas intrascendentales para el desarrollo del país, siendo las más impactantes, los charquitos saltados, las alambradas cruzadas y los mangú que compartió con la gente en sus comunidades. Los encuentros comunitarios también se cuentan dentro de sus logros, en el marco de los cuales regó unos cuantos millones de pesos.

Ese accionar del mandatario, aunque la población lo ha valorado como positivo, no ha arrojado los resultados necesarios para un cambio realmente sustancial de nuestra sociedad, sino más bien, cae en el ámbito del populismo y el clientelismo politiquero, a que nos tienen acostumbrados los tres viejos partidos del sistema, entiéndase: Partido Revolucionario Dominicano  (PRD); Partidos de la Liberación  Dominicana (PLD), y el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

Decimos esto, porque mientras Danilo se centró en visitar comunidades, brincar charquitos y comer mangú, cosa que per se no criticamos, el país se mantenía acogotado por la delincuencia, la inseguridad, la corrupción, la falta de empleos, la carencia de energía eléctrica, la mala calidad de la salud, de la educación, el deterioro del medio ambiente, y la ausencia de otros servicios vitales para la vida de los dominicanos y dominicanas. 
  
En nuestro país cada día hay menos horas luz servida, mientras los esfuerzos por resolver ese gran problema no se dejan ver,  y la mafia de la producción de energía sigue actuando a sus anchas con el gobierno agarrado por el pichirrí.

La inseguridad, delincuencia e impunidad parecen ser tres elementos intrínsecos de los gobiernos que hemos tenido, ya que todos han prometido enfrentarlos y al final ninguno ha hecho nada, quizá por falta de voluntad y decisión, o por ataduras y compromisos políticos que les maniatan y no les permiten ejecutar lo que tienen hacer. 

La salud y la educación se han convertido en el talón de Aquiles de nuestra sociedad, convirtiéndose en una deuda social que no se supera, y dando la sensación que se trata, más que de un asunto de capacidad y voluntad de nuestros gobernantes, de un problema divino.

Pese a que se trata de un asunto de vida, el medio ambiente no ha recibido el mejor de los tratos en este primer año de gobernó de Danilo Medina Sánchez, pese a los cacareos que por los medios de comunicación hacen sus bocinas y vocingleros, queriendo decir e insinuar que se han elaborado políticas en ese sentido. Cuáles?... 

Ese ha sido el comportamiento del gobierno en el año que está a punto de finalizar (2013), en el cual se podrían contar con los dedos de la mano las luces y sobrarían dedos. Mientras que las sombras darían para arropar a todo el universo, no tan solo por su gran número, si no también, por la importancia que revisten las cosas que debieron, por lo menos, emprenderse, y no se hizo. 
 
Danilo Medina y su gobierno tienen el reto para este nuevo año (2014), de enfrentar con decisión los problemas medulares que acogotan  a la nación dominicana, si es que pretende pasar por el solio presidencial sin ser más de lo mismo.   

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