OPINION: Hipólito y su buena estrella

OPINION: Hipólito y su buena estrella
*EL AUTOR es escritor. Reside en Nueva York.
Por MIGUEL ESPAILLAT GRULLON
 
El compañero Rafael Hipólito Mejía, en el pasado domingo 26, perdió abrumadoramente la convención del PRM para la nominación presidencial, tal como le habían vaticinado una legión de amigos suyos, entre ellos, reputados y bien intencionados analistas políticos.
 
Esta pérdida le ha acontecido, porque desoyó todas esas voces que realmente le estiman, que no querían, que a sus años, su carrera política terminara con semejante derrota, cuando pudo finiquitarla lleno de gloria, si desde un año atrás, en vez de aspirar de nuevo a presidente, mejor hubiese optado por apoyar a Luis Abinader y ser el asesor del proceso de campaña, que bajo su liderazgo nos hubiese conducido a un triunfo seguro en las elecciones a celebrarse en mayo del 2016. 
 
Para que se pusiera en marcha esa funesta aspiración- sabemos- obraron presiones provenientes de un entorno nada sano, pero que también cayeron en una mente posesa de inmadurez espiritual, aún proclive a las tentaciones de la carne, que tanto gusta del poder y la lisonja, y por demás, ciega, ante realidades y verdades, que de no ser por esos lastres, les hubiesen sido, claramente, evidentes.
 
Los auspiciadores de la precandidatura del compañero Mejía, también encasillados en pobres estadios cognitivos, por ello, no tuvieron la visión para darse cuenta, de que el tiempo de ese gran líder había pasado, que los tiempos de la generaciones presente demandan de guías políticos y hasta religiosos, que de manera natural se insertan en las nuevas corrientes del pensamiento, cuyos intelectos estén en capacidad de obrar al  compas de los giros y evolución, que se ha dado en lo político, social y económico, como también, en las relaciones del hombre con la naturaleza y sus congéneres, cambios estos, que nos han inducido a ver de otra forma, el mundo, la vida y las cosas, donde los católicos patológicos confesos, y políticos de ultraderecha, no cuadran en esta época, porque aún, sus mentalidades permanecen estancadas, más allá de la Edad Media.
 
En esta convención, también tuvo un peso especifico importante, el hastío de la gente ante lo mismo, el deseo del pueblo  por relevos generacionales, el clamor de otras mentalidades en el escenario político, con nuevos ideales, valores y visiones, que se correspondan con  estos tiempos de globalización, de neoliberalismo, de socialismo del siglo XXI, de cibernética y de tecnología.
 
También, por causas de las deficiencias cognitivas aludidas, los manejadores de la campaña de Mejía, subestimaron, la capacidad de un pueblo, que analizó, que no podía nominar a una persona con tal alta tasa de rechazo y con un arsenal de videos y periódicos en su haber, que testimonian pronunciamientos y acciones negativas, que en manos del adversario, darían pie a una campaña electoral sucia, tal como ellos suelen hacer, que destruiría a ese candidato, con lo que, una vez más, se hubiera puesto en alto riesgo las posibilidades de un triunfo electoral.  Además, ese pueblo tuvo en cuenta para rechazar a Mejía como su candidato, que él no era la persona más idónea para unir la oposición, en una coalición o convergencia de partidos, que de manera categórica tiene que darse, para enfrentar a un poderoso y corrupto PLD. 
 
En esta reflexión, es importante señalar, que en este momento, la posición del PRM en las preferencias electorales fuera otra muy distinta, si este partido hubiese definido su candidato presidencial, digamos, un año atrás.  Si ello hubiese sido así, nadie nos estaría disputando el primer lugar en las intenciones del voto y estuviéramos imbatibles frente a todos, y a cualquier adversario.  
 
Todo el tiempo perdido en esta convención, de la cual habíamos anticipado su resultado, y establecido, que era improcedente, porque no existía la precisa estructuración de los cuadros políticos, ni las condiciones económicas para su realización, además de un obrar contra el tiempo y contra el deseo mayoritario de la población, solo ha permitido el crecimiento de otros partidos a expensas de gente que pudo ser nuestra, pero que se hastió de nuestras disputas internas y de nuestras indefiniciones. 
 
Esta situación, creada por esta convención, en la que se han malgastado tantos millones de pesos, pérdida de tiempo, dividido y empantanado el Partido, desmiente la versión, de que la misma ha dinamizado este Partido, como ahora nos quieren hacer creer sus promotores, justificándola así, para enmascarar sus errores.  
 
Además, si el presidente Danilo disfruta de tan alta popularidad, se debe en parte, a que nosotros, los perremeistas, por estar “convencionando”, no le hemos estado haciendo la oposición de lugar, a un gobierno que tiene tanto por donde atacarle, con la agravante, que algunos de los nuestros, en vez de hacerle oposición, mejor lo ha estado alabando y apoyando su reelección, con unos argumentos, que a mí en lo personal, me han dejado, estupefacto.
 
Pero nada…ya ustedes han visto que el compañero Hipólito ha perdido abrumadoramente la convención por la que tanto luchó para ganar, despreciando la oportunidad de oro que una especial circunstancia histórica le brindaba para casarse con la gloria, pero él prefirió, soltar pájaro en mano, por cien volando.
 
No obstante, tal como he sostenido en artículos anteriores, el compañero Hipólito, es uno de los hombres más dichosos que yo he conocido.  Sin ser revolucionario, ni nada que se parezca, ha sido líder y presidente por un Partido fundado por revolucionarios y sostenido con sangre de revolucionarios, que sus siglas patentizan que es revolucionario y que tiene una historia de guerras y gestas revolucionarias, de héroes y mártires revolucionarios.
La vida, generosa y esplendida con él, siempre le ha tendido las manos, una y otra vez, para ayudarlo, salvarlo o protegerlo de cualquier adversidad, como ahora lo hace ante la abrumadora derrota que ha sufrido.  Es como si su símbolo de vida o amuleto, fuera la estrella de David. 
 
Debido a su buena estrella (o a su poderoso vacá), aún él tiene otra gran oportunidad para casarse con la gloria.  Ello sería posible, si verdaderamente él (Hipólito), se decidiera, en este momento estelar de su vida, a liderar de verdad al PRM y a apoyar a Luis Abinader con toda su alma, de modo, que unificando el Partido e integrando todas las fuerzas opositoras en una gran coalición de partidos, pudiéramos, de una vez y por todas, derrotar al corrupto PLD, que tiene hastiada, hambreada y humillada, a la nación dominicana.
 
Posdata:
 
 1-A continuación, dejo a la consideración del candidato Luis Abinader, a su equipo de trabajo y a la bases perremeistas, la propuesta, de que Guillermo Moreno sea el vicepresidente a acompañar a Luis Abinader en la boleta del PRM en las elecciones a celebrarse en mayo del 2016.  En esta propuesta, estoy sirviendo de mensajero del sentir mayoritario de las bases perremeistas y del pueblo en general.
 
2-Finalmente, invito a todos los perremeistas y dominicanos en general, interesados en rescatar al país de la podredumbre y del desastre moral, económico y social, en que lo han sumido los gobiernos peledeistas, a que acabemos de una vez, con las aversiones aún latentes en nuestro ser, originadas en  las fuertes desavenencias del pasado, para que unificados en torno a la figura del candidato que hemos nominado a la Presidencia de la República, el economista Luis Abinader, podamos alcanzar la preciada meta de desplazar al PLD del poder, para con ello, salvar del descalabro total a nuestra patria,  a lo que ella está condenada, de seguir gobernada por cabezas peledeistas.  Es algo que pido con todo mi corazón, poniendo a Dios como testigo de este pedimento, con el consabido conocimiento, que si estuviere externando falsos sentimientos, caiga sobre mí el condigno castigo, que la divinidad tiene reservada, para los que perjuran.

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