PUERTO RICO: La crisis fiscal golpea comunidad dominicana


PUERTO RICO: La crisis fiscal golpea comunidad dominicana
SAN JUAN, Puerto Rico.- El deterioro físico producto del cierre de negocios en el corazón de Santurce, en las cercanías del Consulado General de la República Dominicana, en el sector de Villas Palmeras o en Barrio Obrero es un reflejo de cómo la crisis económica y fiscal que tiene colocado a Puerto Rico a un paso de la bancarrota ha afectado a la comunidad dominicana.
Con una elevada presencia en Puerto Rico, los dominicanos se desempeñan en áreas diversas –como empresarios, catedráticos, médicos, abogados, periodistas o comunicadores–, mas su presencia es mayor en los sectores de servicio y en la ya casi inexistente construcción.

Independientemente donde laboran, los miembros de la comunidad dominicana en Puerto Rico coinciden en que la situación prevaleciente les ha golpeado fuerte y la generalidad sitúa en el 60 por ciento las pérdidas de ingresos particulares –muchos son trabajadores independientes– o en sus negocios. Si bien no ofrecen una estadística científica al respecto, la estilista Osairi Rodolí dramatiza la situación al mostrar la desolación en la Peluquería Dimensión, en la Parada 16, en Santurce, donde labora desde hace siete años.
“Esto siempre estaba lleno a esta hora del almuerzo, cuando no eran las empleadas de la Autoridad de Energía Eléctrica, eran de la Cooperativa o de Wendy’s, y mira ahora”, expresa con resignación a la agencia Inter News Service (INS) acompañada de su compatriota peluquera Mireya Castro.
Rodolí, con 18 años de experiencia en el oficio, no titubea al asegurar que “esto se debe a la crisis económica, pues el dinero que uno gana ni para pagar la luz alcanza”.
La situación se ha agravado con la situación que maneja desde enero de 2013 el gobierno de Alejandro García Padilla porque, además de incrementar las cargas fiscales a los ciudadanos para tratar de aminorar la insolvencia y cumplir con la deuda pública que encontró de 74 mil millones de dólares, no ha conseguido reactivar la economía que lleva una década en contracción.
“Las cosas estaban malas desde antes, pero con este gobierno empeoraron; los ingresos nuestros han menguado como en un 50 por ciento”, afirma la estilista Rodolí.
Desde que llegó a Puerto Rico hace nueve años, Martín Mosquea, de 38 años y natural de Nagua, ha hecho “de todo un poco”, aunque su desempeño principal ha sido en casas de remesas, como La Nacional, Envíos Quisqueyana y Ría, donde ha transitado durante más de ocho años, por lo que tiene una clara noción cuando afirma que en los últimos años el negocio ha decrecido 60 por ciento.
Los clientes a los que atiende Mosquea proceden también de la República Dominicana, no sólo por trabajar en una estafeta en la calle Tapia, en Villa Palmeras, sino porque RIA Envíos de Dinero sirve principalmente a ese mercado.
Cuando en julio de 2014 comenzó a regir un impuesto a las remesas de 2.0 por ciento aprobado por la Asamblea Legislativa puertorriqueña, los inmigrantes dominicanos, los más afectados con la medida, optaron por hacer llegar sus aportes a sus familiares en la vecina nación a través de otras vías, porque les resultaba oneroso.

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