La región Sur cuenta con lo necesario para emprender su propio desarrollo socioeconómico y dejar atrás ese estigma de pobreza que por siglos la ha caracterizado.
Dotada de tierras productivas, de minería, caudales de ríos y un clima apropiado para el turismo, el Sur es abundante en la producción de diferentes rubros agrícolas, incluso en invernaderos.
Por eso, el desafío es mirar más allá y ver esas otras posibilidades y el inherente valor de su gente laboriosa, apremiada ócada díaó por salir hacia adelante.
Más de un millón 600 mil habitantes en la macrorregión Suroeste aspiran a que las inversiones públicas se incrementen para así mejorar sus ingresos por personas.
Solo se necesita, de acuerdo a sectores de la zona, el apoyo público y privado para impulsar inversiones que contribuyan al despegue de las áreas productivas del Sur.
A menudo, decenas de mujeres de la zona rural y suburbana del Sur se asocian para generar pequeños ingresos que contribuyen a la sobrevivencia de sus familias. Son grupos minoritarios que se esfuerzan en sacar adelante proyectos comunitarios que apuntan óen pequeña escalaó hacia mejores niveles de vida, como sucede con la Asociación de Mujeres para el Progreso de La Bombita, cuyo impacto ha marcado la vida de su comunidad, y mereció el financiamiento de 6 millones de pesos del Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA), así como la mirada atenta de organismos internacionales.
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