OPINION: Carlos Moisés tenía cualidades poco comunes

Por Carlos Julio Féliz Vidal
 


El Instituto Nacional de Investigaciones Jurídicas (INNIAJ) y particularmente la Escuela de Derecho de la UASD Centro Barahona están materialmente de luto por la muerte de uno de sus más connotados estudiantes, el bachiller Carlos Moisés Montero Matos.


 
Carlos Moisés se destacó siempre por cualidades que son poco comunes que se cultiven en estos tiempos marcados por la prisa de la cotidianidad, la cordialidad en el trato, la solidaridad, el respeto y la sencillez, prendas que adornaban su personalidad.
 
Como su maestro siempre admiré el talento que tenía, su vocación por las ciencias jurídicas y la puntualidad al presentar sus trabajos prácticos.
 
Era hijo de una distinguida dama que prestigia la justicia del país, la magistrada María Australia Matos Cortés, Juez Presidente de la Corte de Apelación del Departamento Judicial de Barahona, quien tenía suficientes motivos para sentirse orgullosa de ser su progenitora, como me lo hizo saber en varias ocasiones que hablamos de sus meritos académicos y personales.
 
La distintas muestras de afectos que han manifestado maestros y estudiantes, que se han dejado sentir en los espacios de la UASD Barahona y en los medios digitales y redes sociales, atestiguan el carisma y las dotes académicas de éste joven, que supo, mientras estuvo entre nosotros, ganarse un sitial que va más allá de su vida física, dado que lo que somos en vida trasciende el tiempo que se nos presta.
 
En el complejo mundo de los conceptos jurídicos, parece que la propia vida es un préstamo de naturaleza híbrida que mientras la usamos se consume, consentida por Dios sí que se haya fijado un término que conozcamos con certeza. 
 
Cuando la muerte de un ser querido nos llega sin aviso previo, cuando sentimos que se ha arrancado carne de nuestra carne, solemos sentir la desolación que genera  la pérdida, el agobio que trastorna los sentidos, sentimientos que sé deben estar embargando las almas de los amigos Australia Matos y Carlos Montero, porque es que todavía nuestra razón como humanos no nos permite asimilar a plenitud lo natural de la muerte, lo que justifica nuestra fe en la resurrección de los muertos acorde con el pensamiento cristiano.
 
Recordemos a Carlos Moisés Montero Matos, como lo que fue, un excelente ser humano, un hijo ejemplar y un promitente estudiante de las Ciencias Jurídicas.

0 comentarios:

Publicar un comentario