Por Leonardo Plata.La Republica Dominicana, ha sido escenario de grandes conflictos sociales, de luchas y protestas reivindicativas de los derechos fundamentales, sociales y políticos. La clase dominante, llámese empresariado, sectores de poder y los políticos, solo se interesan en mantener su hegemonía, sus intereses costa del pueblo dominicano, que siempre ha sufrido la falta de una voluntad colectiva de los gobernantes, de implementar políticas claras con el fin de crear un ambiente de desarrollo, de progreso, de paz, de justicia social, de equidad.
La clase política, ha sido por décadas, el principal responsable de todos los males sociales que sufre la Patria, por que siempre ha obrado a espalda al pueblo, buscando solo el enriquecimiento, la fortuna, quitándole al pueblo, la oportunidad de tener una sociedad verdaderamente justa, armónica, donde todos y todas tengamos las mismas oportunidades, con derechos y deberes.
Los políticos solo han aumentando la desigualdad, la pobreza, la exclusión social de los hombres y mujeres que día a día se entregan con sus labores, al trabajo serio y responsable. Esto no es democracia, la democracia es justicia, equidad, derecho a salud, educación, alimentación al desarrollo individual y colectivo, que el estado asuma su responsabilidad de suminístrale las facilidades, las herramientas necesaria, para que estos de desarrollen y así tengamos un país verdaderamente democrático.
La clase política en nuestro país, esta desprestigiada, el modelo del sistema presenta graves fisuras, no ha podido realizar los cambios y las transformaciones sociales y económicas que requiere la República Dominicana, para alcanzar los ideales de nuestros Patriotas y fundadores que con su sangre y sacrificio a fuerza voluntad abonaron el suelo dominicano. Decía Aldous Huxley, Novelista, ensayista y poeta inglés, “Cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposa, en general, se vuelve la nobleza de su lenguaje”.
Debemos de cambiar el rumbo, que llevamos, exigirles enérgicamente a los políticos que existe un pueblo, que anhela un verdadero estado de derecho, y recordarle que no ha existido un derecho que haya nacido tranquilamente en la mesa de un escritorio, todos son el resultado de procesos, de luchas, de protestas de pueblos enteros, los derechos no se mendigan, se exigen con firmeza, con voluntad indomable, el pueblo dominicano, tiene derecho a un mejor país, donde el trabajo serio y honesto sea fuente de inspiración.
Los dominicanos debemos de ser capaces por el bien de la sociedad y la condición humana, para construir un futuro y un nuevo orden, no sobre la base de socializar el sufrimiento, la exclusión y la pobreza, sino sobre la base de generar una nueva realidad personal y colectiva sustentada en la justicia, el amor y la esperanza. Por ello tiene su consecuencia en toda la sociedad en forma íntegra y completa, generando entre lo individual y lo colectivo un circuito de retroalimentación positiva o circulo virtuoso.
Como dijera el poeta René del Risco Bermúdez “Hay que crear una nación donde la democracia se respete, no sólo porque es el gobierno de las mayorías, sino porque se respetan las minorías, para que existen reglas claras y respetadas por todos. Porque se desata la creatividad humana y se construyen nuevas realidades en equidad, eficiencia y libertad. De forma tal que la palabra, la confianza, el respeto y la convivencia social presidan los actos políticos y sociales, en un contexto de humildad, servicio y desarrollo humano; en donde sus hombres y mujeres vivan la real trascendencia de Dios, Patria y Libertad”.
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