POR BIENVENIDO MATS PEREZ
Un día como hoy en el año de 1813 nace Juan Pablo Duarte y Diez en la calle Isabel la católica No.308.
Juan Pablo Duarte vino al mundo como fruto de la unión matrimonial de Juan José Duarte y Manuela Diez Jiménez, como nacido en un hogar cristiano recibió su bautizo en la iglesia parroquial de santa bárbara, es seguro que su nacimiento así como los primeros síntomas de parto que sufriera su madre fueron hechos naturales y normales, no hubo estrellas en el cielo no hubo magos puesto que con Juan Pablo Duarte no nació un santo, no venia al mundo un nuevo Cristo, el ser humano que nació la noche del 26 de enero de 1813 era un ser de carne y hueso que creció y se desarrollo cuando la republica que quiso formar ni siquiera existía.
Cuando apenas tenía 9 años tuvo la desdicha de ver su patria invadida bajo la bota de los invasores haitianos y esa situación comenzó a fraguar en el los sentimientos más puros de amor a la libertad que cualquier prócer de América pudo poseer por su país.
Incentivado por sus propios sentimientos tuvo siempre un espíritu dinámico e investigador que lo llevo a Europa a estudiar literatura, historia, y otras ciencias.
Siempre interesado desde allá en las cosas que pasaban en su pueblo, del estado y la situación en la que se desenvolvían los invasores y sus movimientos decide regresar al país en 1832, todo un hombre con una personalidad definida, madura, atrayente, lo que le abrió las puertas para convertirse en un líder autentico de todos los que le rodeaban especialmente de la juventud que lo recibió con júbilo y alborozo y que quiso satisfacer sus inquietudes con preguntas de diferentes cosas ¿Qué fue lo que más te impresiono en tu viaje Juan Pablo? – Los fueros, las libertades de Cataluña, los cuales un día daré a mi país, era claro que duarte se había hecho una promesa de la que no se apartaría jamás.
Convencido de la necesidad de dar pasos concretos después de cerciorarse de que la dominación haitiana no cesaría con lo pasquines que distribuía con su amigo José María Serra, ni con las campañas de adoctrinamiento, ni las reuniones con jóvenes y adultos se decide a formar la sociedad secreta la trinitaria, un verdadero ejercito al servicio de la patria en ciernes, que fue el instrumento que sirvió para galvanizar y solidificar la conciencia nacional aletargada por la propaganda y el poderío de los invasores haitianos.
El 18 de julio de 1938, día de hermosa recordación funda la sociedad secreta la trinitaria para dar categoría histórica al compromiso de crear un republica libre, soberana e independiente, a partir de este momento la patria dominicana seria para él y los trinitarios la primera y la más alta de todas sus pasiones.
Mediante diversas tácticas todas llamadas a galvanizar la estrategia de sus aspiraciones: crear la republica libre y soberana de los haitianos y de cualquier otra potencia extranjera, fue duarte quien delineó y definió el nombre de la republica, como iba a ser el lema de la nación, fue él quien creó la sociedad la dramática embrión del arte que sensibilizaron al pueblo contra los invasores, el mismo fundó la sociedad la filantrópica obra de su imaginación en la medida en que las luchas por la creación de la republica lo Iván demandando desde esta institución propago el arte y la cultura para levantar los más nobles sentimientos de dominicanidad y recabar recursos para que el pueblo fuera autor de su propia obra libertaria, ese Juan Pablo Duarte que hoy festeja en la inmortalidad de su vida un aniversario más de su nacimiento fue político, pero definió con su trabajo los perfiles del político que engrandece con su nombre las causas de los pueblos y nos dejo como legado el pensamiento: “Después de la filosofía, la política es la ciencia más pura y esta debería ocupar el interés de las mentalidades más brillantes de la nación dominicana”.
La obra de Juan Pablo Duarte es inmensa e imperecedera, no hay un espacio que no fuera de su interés al grado que enumerarla es materialmente imposible, inicialmente parecía una ilusión si se recuerda que nadie antes de el articulo un discurso tan definido, tan coherente, tan puro, nadie hablo de independencia de soberanía y libertad, los que le antecedieron hablaron y lucharon por el retorno a España a la madre patria.
Tan hondo calo este prócer en la conciencia de su pueblo que ausente, alejado del teatro de los acontecimientos por circunstancias arto conocidas tuvo la oportunidad de saber que el 27 de febrero de 1844 sus seguidores, sus compañeros de lucha proclamaron la republica dominicana en la puerta de la misericordia, el dirigió la acción desde el exilio, porque en nombre de sus aspiraciones y de su ideal sus compañeros hicieron posible la meta soñada.
Proclamada la independencia nacional se forma la Junta provisional gubernativa que en su primera medida ordena el regreso a casa de Juan Pablo Duarte, este regresa el día 14 de marzo de 1844 y al ser recibido por monseñor Tomas Porte e Infante lo recibe con las palabras ¡Salve padre de la patria!.
Ni antes ni después otro dominicano ha sido tan perseguido por sus enemigos políticos, pero él respondió con tesón y valor, - por desesperada que sea la causa de mi patria siempre será la causa del honor y siempre estaré dispuesto a honrar su causa con mi sangre.
Por ello frente a tanto desvarió, frente a tanta falta de patriotismo, frente a tantas carencias morales y espirituales, frente a tanta corrupción y degeneración política ¡levantemos a duarte!, recojamos su legado, rescatemos su obra inconclusa y hoy como si hiciéramos profesión de fe frente a su nombre levantemos los brazos al cielo y junto con los otros trinitarios digamos en voz alta que se escuche en todo el universo ¡Dios Patria y Libertad!, ¡Viva Juan Pablo Duarte!
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