POR RAMON LÓPEZ YNOA
En un artículo que publicara recientemente terminaba mis reflexiones haciéndome la pregunta por qué Barahona no ha podido superar la actual configuración rural y qué le ha hecho falta que no ha podido avanzar hacia nuevos estadios de desarrollo como otras municipalidades y un amigo me refería que la respuesta había que buscarla en la falta de criterio y visión, no sólo de los alcaldes, sino de los regidores y regidoras que ha tenido el ayuntamiento de Barahona.
“Recuerdas Ynoa, me decía, que para la gente los ayuntamientos sólo son para resolverles problemas económicos, sea con pírricas asignaciones o con “botellas”, a los que votaron por el partido que ganó la sindicatura”
Cierto. Aunque se debe reconocer que el país ha avanzado bastante en lo que tiene que ver con la municipalidad, todavía persiste ese accionar clientelar y de subsistencia que como rémora arrastran algunos ayuntamientos, salvo honrosas excepciones de las cuales tenemos una en nuestra provincia y que debería servirnos de referente porque nuestra Santa Cruz de Barahona se merece ser mejor y moderna.
La falta de iniciativas de desarrollo de los ayuntamientos hacia sus demarcaciones territoriales no se debe exclusivamente a la incapacidad de sus alcaldes o síndicos, pues los ayuntamientos están constituidos por dos órganos de gestión que son complementarios, pero independientes. Uno es normativo, reglamentario y de fiscalización que es el Concejo Municipal, y el otro es el órgano ejecutivo o sindicatura.
El Concejo Municipal está integrado por los concejales – regidores y regidoras-, y el órgano ejecutivo es el ejercido por el alcalde o alcaldesa. Ambos se complementan, pero son interdependientes en sus funciones y responsabilidades.
El concejo municipal es para la municipalidad lo que es el Congreso Nacional para la República, por tanto, la inercia gerencial, la dejadez, o la apatía hacia impulsar el desarrollo de los municipios, es una responsabilidad compartida entre concejales y alcaldes.
Si los síndicos han sido incapaces, también los han sido los regidores y regidoras que hemos tenido.
Los barahoneros y las barahoneras tenemos el próximo 2016 la oportunidad de darnos las autoridades municipales que comprometidas con el desarrollo de nuestro municipio nos lleven a ser mejores y nos permitan ser contados entre los municipios modernos del país.
En un artículo que publicara recientemente terminaba mis reflexiones haciéndome la pregunta por qué Barahona no ha podido superar la actual configuración rural y qué le ha hecho falta que no ha podido avanzar hacia nuevos estadios de desarrollo como otras municipalidades y un amigo me refería que la respuesta había que buscarla en la falta de criterio y visión, no sólo de los alcaldes, sino de los regidores y regidoras que ha tenido el ayuntamiento de Barahona.
“Recuerdas Ynoa, me decía, que para la gente los ayuntamientos sólo son para resolverles problemas económicos, sea con pírricas asignaciones o con “botellas”, a los que votaron por el partido que ganó la sindicatura”
Cierto. Aunque se debe reconocer que el país ha avanzado bastante en lo que tiene que ver con la municipalidad, todavía persiste ese accionar clientelar y de subsistencia que como rémora arrastran algunos ayuntamientos, salvo honrosas excepciones de las cuales tenemos una en nuestra provincia y que debería servirnos de referente porque nuestra Santa Cruz de Barahona se merece ser mejor y moderna.
La falta de iniciativas de desarrollo de los ayuntamientos hacia sus demarcaciones territoriales no se debe exclusivamente a la incapacidad de sus alcaldes o síndicos, pues los ayuntamientos están constituidos por dos órganos de gestión que son complementarios, pero independientes. Uno es normativo, reglamentario y de fiscalización que es el Concejo Municipal, y el otro es el órgano ejecutivo o sindicatura.
El Concejo Municipal está integrado por los concejales – regidores y regidoras-, y el órgano ejecutivo es el ejercido por el alcalde o alcaldesa. Ambos se complementan, pero son interdependientes en sus funciones y responsabilidades.
El concejo municipal es para la municipalidad lo que es el Congreso Nacional para la República, por tanto, la inercia gerencial, la dejadez, o la apatía hacia impulsar el desarrollo de los municipios, es una responsabilidad compartida entre concejales y alcaldes.
Si los síndicos han sido incapaces, también los han sido los regidores y regidoras que hemos tenido.
Los barahoneros y las barahoneras tenemos el próximo 2016 la oportunidad de darnos las autoridades municipales que comprometidas con el desarrollo de nuestro municipio nos lleven a ser mejores y nos permitan ser contados entre los municipios modernos del país.
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