TOMADO DE ARMARIO LIBRE
Barahona.- El Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi) y la dirección regional de Agricultura, han estado nati-muerta en casi la totalidad de los últimos tres años, siendo la tierra una de las principales fuentes de ingreso y trabajo en una zona netamente agropecuaria.
De las tres instituciones del sector agropecuario, solo el Instituto Agrario Dominicano (IAD) ha tenido trabajo y recursos todo el tiempo, preparando miles de tareas de tierra para la siembra, pero que en muchos casos no se sabe para qué, porque al final de cuentas, nunca son sembradas, volviendo los predios a llenarse de yerbas y malezas y quedando una inversión hecha y sin frutos.
Los directores de Agricultura y el IAD en Barahona, Santos Céspedes Gamboa y Denny Pérez Jiménez, respectivamente, explican las bondades y vicisitudes pasadas en los últimos tres años en sus dependencias.
Sin embargo, la encargada del Indrhi, Damaris Gómez, mostró gran decepción, por la falta de recursos que ha tenido que enfrentar desde que llegó al puesto.
Gómez, encargada de las oficinas del Indrhi en Barahona y Pedernales desde hace un año, aseguró que el principal problema que padecen es la falta de recursos, por lo que en la mayoría de los casos, prestan los equipos si el beneficiado lo repara, en caso de que esté dañado, como sucedió con un español, propietario de un edificio de apartamentos.
“Nosotros tenemos una dificultad en el Indrhi, es la falta de recursos y lo que más cuesta es el equipo y al usuario, ya sea agricultor, una persona de la comunidad, nosotros les ofertamos lo que más cuesta que es el equipo, pero ellos ponen todo lo demás, ponen el combustible, su material y le dan una dietecita al operador, pero es con los técnicos de nosotros, no son ellos solos que hacen los trabajos”, precisó Gómez.
Manifestó que llegó a Indrhi y siente como que no ha hecho nada, pero cuando pasa balance, tomando en cuenta los pocos recursos que recibe, se da cuenta que ha hecho mucho.
“Yo llego al Indrhi y encuentro como que no he hecho nada, porque no me mandan recursos, no hay nada, yo me siento maniatada, eso está prácticamente muerto, pero cuando me pongo a sacar balance, que tengo tres equipos y cuando llegué estaban en otro sitio alquilados y los recuperé, me doy cuenta que aunque sean los agricultores que le pongan el combustible y los arreglen cuando se dañen, digo que estoy haciendo algo”, reflexiona la encargada del Indrhi.
De las tres instituciones del sector agropecuario, solo el Instituto Agrario Dominicano (IAD) ha tenido trabajo y recursos todo el tiempo, preparando miles de tareas de tierra para la siembra, pero que en muchos casos no se sabe para qué, porque al final de cuentas, nunca son sembradas, volviendo los predios a llenarse de yerbas y malezas y quedando una inversión hecha y sin frutos.
Los directores de Agricultura y el IAD en Barahona, Santos Céspedes Gamboa y Denny Pérez Jiménez, respectivamente, explican las bondades y vicisitudes pasadas en los últimos tres años en sus dependencias.
Sin embargo, la encargada del Indrhi, Damaris Gómez, mostró gran decepción, por la falta de recursos que ha tenido que enfrentar desde que llegó al puesto.
Gómez, encargada de las oficinas del Indrhi en Barahona y Pedernales desde hace un año, aseguró que el principal problema que padecen es la falta de recursos, por lo que en la mayoría de los casos, prestan los equipos si el beneficiado lo repara, en caso de que esté dañado, como sucedió con un español, propietario de un edificio de apartamentos.
“Nosotros tenemos una dificultad en el Indrhi, es la falta de recursos y lo que más cuesta es el equipo y al usuario, ya sea agricultor, una persona de la comunidad, nosotros les ofertamos lo que más cuesta que es el equipo, pero ellos ponen todo lo demás, ponen el combustible, su material y le dan una dietecita al operador, pero es con los técnicos de nosotros, no son ellos solos que hacen los trabajos”, precisó Gómez.
Manifestó que llegó a Indrhi y siente como que no ha hecho nada, pero cuando pasa balance, tomando en cuenta los pocos recursos que recibe, se da cuenta que ha hecho mucho.
“Yo llego al Indrhi y encuentro como que no he hecho nada, porque no me mandan recursos, no hay nada, yo me siento maniatada, eso está prácticamente muerto, pero cuando me pongo a sacar balance, que tengo tres equipos y cuando llegué estaban en otro sitio alquilados y los recuperé, me doy cuenta que aunque sean los agricultores que le pongan el combustible y los arreglen cuando se dañen, digo que estoy haciendo algo”, reflexiona la encargada del Indrhi.
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