Por Félix Betances.
Varias personas han expresado su preocupación ante la situación que se ha desatado entre abogados de la República Dominicana, ante lo que se ha dado por llamar: “Una guerra peligrosa”.
Entre los distintos sectores de la sociedad, siempre ha habido disparidad de criterios y especialmente cuando se trata de grupos que a lo interno de una determinada clase, opta por regentear o dirigir a la mayoría de la misma o simplemente, a ser sus representantes legales, aunque no cuente con una gran mayoría matricular.
En este caso se trata de los abogados del país, entre los cuales a raíz de los procesos electorales, se han creado fricciones, que han producido daños que a través de los tiempos, se han convertido en males incurables; algo muy lamentable, porque cuando las clases se dividen, pierde la sociedad y se quebranta el dicho popular que reza: “Las clases no se suicidan”.
Vivimos en un país donde cuando un grupo, una facción, un bando o un Partido gana unas elecciones, el o los grupos contrincantes, en vez de unirse en torno a la clase, para tratar de lograr los mejores beneficios de la misma, lo que hacen es declararse enemigos acérrimos y se atrincheran en procura de hacer fracasar la gestión de quienes resultaron ganadores, olvidándose de que así solo pierde la clase.
Hace solo unos días el actual Presidente del Colegio de abogados de la República Dominicana (CARD), Dr. Miguel Surún Hernández, denunciaba que habían abogados enemigos de su gestión quienes se oponían rabiosamente a la adquisición de un local que alojará la escuela de los abogados y que había sido adquirido por un monto aproximado de 21 millones pesos, con una economía de unos 14 millones a favor del gremio, según el precio de tasación original del inmueble; asegurando en consecuencia, que no se dejaría chantajear ni extorsionar por sus adversarios.
Acto casi seguido, vuelve a tronar el presidente del CARD y esta vez, lo hace denunciando que varios prestigiosos abogados de la República, se dedican a extorsionar a ciudadanos, pidiendo dinero a nombre de prestigiosos Jueces, a cambio de conseguirles sentencias benignas ante casos que se ventilan en distintos Tribunales.
Como se ve, la denuncia no es un simple juego ya que se mencionan nombres como los de: Jonny de la Rosa, Gregory Castellanos, Johnny Cabrera, Omar Báez Fernández y Mario Furcal; entre otros.
Ojalá y que todo se investigue debidamente y que si hay alguien que haya cometido errores, pues que pague las consecuencias; sin embargo, a lo que más aspiramos es, a que la sangre no llegue al río, ya que estamos en un país, donde se conoce de situaciones vividas anteriormente, de las cuales nos quedan muy malos recuerdos.
Los hombres pasan, los Cargos siguen y las instituciones deben permanecer.
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