El invierno ha entrado más frío que en el pasado reciente en Constanza, este municipio vegano ubicado a 1,200 metros sobre el nivel del mar, con la diferencia de que ahora la COVID-19 impide que los residentes de los barrios periféricos, especialmente los jóvenes, recurran a las tradicionales fogatas con las que atenuaban las bajas temperaturas.
Este año las temperaturas han llegado a 6 grados Celsius en la ciudad y 5 grados bajo cero en Valle Nuevo, en el Parque Nacional Juan Bautista Pérez Rancier.
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