Tomado de HOY
GUAYABAL: Enclavado en las majestuosas montañas de la Sierra de Neiba, en la provincia Independencia, se encuentra el paraje Los Bolos, en el distrito municipal Guayabal, municipio de Postrer Río, provincia Independencia, donde se cultiva uno de los cafés más selectos de República Dominicana: Los Bolos.
La creadora, Santa Alejandrina Herasme, ha convertido su pasión de infancia en un emprendimiento exitoso y en una historia de perseverancia, amor por la tierra y compromiso con la calidad.
De ese rincón del sur dominicano emerge Café Los Bolos, una marca que encapsula la esencia y el sabor de su tierra natal. Allí se cultiva uno de los cafés más exquisitos de la República Dominicana. El aromático refleja la riqueza del suelo y la tradición cafetera del sur del país.
La historia de Café Los Bolos está íntimamente ligada a la de Santa Alejandrina Herasme Rivas, una joven emprendedora que, desde temprana edad, desarrolló una profunda pasión por la caficultura.
Desde pequeña sintió una fuerte conexión con el café. Creciendo entre cafetales junto a su padre Frank Alejandro Herasme, y a su madre, se enamoró del cultivo que daría forma a su futuro.
“Desde los 13 o 14 años yo andaba detrás mi papá en la parcela. Siempre soñé con ser la dueña de ese cafetal”, recuerda con nostalgia, al tiempo que sus ojos dejan escapar esa luz que despide emoción y alegría.
A pesar de estudiar matemáticas y física, su sueño de infancia nunca se apagó. Viviendo en Europa, le prometió a su padre que cuando tuviera el dinero, compraría la propiedad familiar. En 2015, ese sueño se hizo realidad. Su padre le cedió la finca en reconocimiento a su pasión y dedicación.
Desde entonces, comenzó a transformar el cafetal, sembrando nuevas plantas y modernizando los procesos de producción. Ese fue el momento que marcó el inicio de su aventura empresarial.
En 2021, durante un viaje a República Dominicana, un grupo de mujeres emprendedoras la animó a presentar su café en un bazar en Postrer Río. A pesar de sus dudas iniciales, Santa preparó el café y en pocas horas vendió todo. “Ese día entendí que mi café tenía futuro”, cuenta emocionada.
Desde ese momento, su compromiso con Café Los Bolos se hizo más firme. Con la ayuda de su esposo holandés y el respaldo de su familia, estableció un centro de procesamiento en Postrer Río, modernizando la producción, sin perder la esencia artesanal. La finca cuenta con 100 tareas sembradas con 35,000 plantas de café y una segunda propiedad de 108 tareas que entrará en producción el próximo año.
Ella reconoce que la altura, clima y la calidad del suelo de la montaña ofrecen condiciones ideales para la producción de granos de alta calidad y comenta que la tradición cafetalera en la provincia Independencia se remonta a generaciones de productores que han perfeccionado el arte de cosechar y procesar el café con métodos sostenibles y artesanales.
El Café Los Bolos se distingue por su calidad, 100% orgánico y procesado con técnicas tradicionales que garantizan sabor y aroma excepcionales. Su dedicación ha sido reconocida a nivel nacional e internacional, con el café llegando, incluso, a Europa y Asia. “El presidente llevó mi café a Londres sin yo saberlo. Fue una sorpresa que me llenó de orgullo”, dice con evidente sonrisa.
“Desde la selección de las semillas hasta el tueste final, Café Los Bolos sigue un meticuloso proceso de producción, que garantiza sabor y calidad. Los granos son cultivados sin el uso de químicos agresivos, cosechados a mano en su punto óptimo de maduración y secados al sol para conservar sus propiedades naturales”, cuenta con pasión.
Posteriormente, dice que los granos pasan por un proceso de tostado, que resalta sus notas aromáticas y el sabor característico.
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