La periodista Nuria Piera alcanzó la fama por sus programas en defensa de los mejores intereses de los más desposeídos del país por su férrea lucha contra la corrupción. En el año 2012, fue reconocida a nivel internacional. Recibió en Nueva York el galardón “Paul Harris”, el máximo que concede el Club Rotario. En el 2014 fue galardonada por la agencia EFE, que la consideró como una de las mujeres más influyentes de América Latina.
Durante muchos años esperábamos ansiosamente los sábados, para enterarnos de los detalles publicados en sus famosos reportajes contra la corrupción y la impunidad imperante. Su presencia en la pantalla, llegó a representar una luz de esperanza. Se destacaba por ser una verdadera defensora de los mejores intereses del país.
Si en esos momentos de apogeo hubiese aspirado a cualquier posición política electiva, no cabe duda que hubiera obtenido el favor del voto del pueblo. Pero, debajo del sol nada dura para siempre. La densidad de la sombra producida por el afán desmedido de riquezas, que arropa al mundo, puede desviar hasta los elegidos para elevar el nivel de vida de los más vulnerables.

La Biblia enseña que el mundo fue creado por las palabras de Dios. Por ende, un periodista está dotado de poder capaz para transformar e influir en la mentalidad colectiva. Con el auge del globalismo, algunas potencias internacionales contrataron a los más influyentes, para usarlos como vanguardia en la protección de los haitianos ilegales que entraban al país, amparados en la defensa de los derechos humanos.
Las “bocinas pagadas”, que cobran jugosos sueldos sin importar su procedencia, especialmente en las instituciones del gobierno por diseminar informaciones engañosas para mantener la población dormida para que continúen en el poder. Sin importar el pésimo desempeño de sus funciones. Se convirtió en una epidemia de la que ningún gobierno ha escapado.
Recientemente Nuria Piera entrevistó al fundador de la Antigua Orden Dominicana, Angelo Vazquez, el joven que con solo 14 años tuvo la brillante idea de fundar dicha entidad y debe ser motivo de admiración para los dominicanos que nos duele perder el país.
La marcha en Fiusa, un barrio dominicano tomado a la fuerza por los haitianos, quienes no respetan leyes ni autoridad, colocó al gobierno en una posición incómoda, que lo obligó a acudir a sus bocinas para convencer a la población sobre el peligro que representaba participar en la marcha. Pero el cansancio de la inacción de nuestras autoridades pudo más que los intentos gubernamentales por opacarla.
Como periodista veterana, Nuria Piera trató de desacreditar a un joven con pocas experiencias, realizando su entrevista con el único objetivo de presentarlo como una persona incapaz de liderar un movimiento de tal magnitud para la defensa de nuestra soberanía. Utilizando su grado académico, como un arma mortal para descalificar, alegando que no podía servir de ejemplo para nadie por haber abandonado sus estudios.
Olvidando que la mayoría de los integrantes del tren gubernamental provienen de los altos estratos sociales. Pero, a pesar de que recibieron educación en los mejores colegios y universidades nacionales e internacionales. No han sabido conectar con la población y el desempeño de sus funciones ha sido calificado como muy deficiente.
La periodista Nuria Piera llegó al extremo de presentar durante la entrevista, la solicitud del permiso para realizar la marcha. Sacando a relucir algunos errores de redacción. Sin comprender que su actitud atrae a más dominicanos, que sienten que los políticos y los empresarios nos han traicionado. Su actitud demostró que no hay intelectuales ni políticos detrás de Angelo Vázquez, que nadie busca empañar la gestión gubernamental y solo existe el interés de defender nuestro país.
Los gobernantes y sus séquitos, serán culpables de los derramamientos de sangre que podrían producirse entre haitianos y dominicanos. Porque ningún extranjero puede ir a otro país a violar sus leyes e irrespetar sus autoridades.
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