Por MELVIN MAÑON
Por haber estado profesionalmente vinculado a dos operaciones mineras importantes, Falconbridge y Rosario Dominicana (ahora Barrick Gold) mi amigo Miguel Decamps me emplazó a que, primero hablara ante él sobre el tema y a seguidas que escribiera esta aclaración.
Los recursos mineros de un país, no tienen que ser explotados, pero pueden serlo bajo determinadas condiciones y circunstancias. No tengo una oposición de principios a la explotación de Loma Miranda- empecé a explicarle- pero tampoco apoyo al reclamo de Falconbridge a explotarla porque -continué- esa empresa no tiene credibilidad y carece ya de las credenciales que una vez tuvo.
Miguel y los otros no entendieron del todo. Proseguí.
-Falconbridge Dominicana cuando pertenecía a Falconbridge Limited Inc. una minera importante de Ontario, Canadá se estableció en este país en base a un contrato muy favorable a ella y perjudicial al Estado Dominicano por el tema de los beneficios. Sin embargo, en esa época que comprende desde 1971 hasta mediados de los años 90 la empresa minera respondía otros criterios y mantenía los programas de reforestación de las áreas minadas. La gente entonces se quejaba de contaminación por metales pesados y emanaciones pero no cuestionaba el plan de reforestación.
Cuando Balaguer regresó al poder tras ganar las elecciones de 1986 se propuso enmendar el contrato aprovechando para ello los altos precios que en ese entonces prevalecían en el mercado. Obligó a la empresa a sentarse a la mesa a renegociar algo que ya había sido negociado antes y logró modificar el acuerdo original haciendo otro mas favorables al país. ¿Cómo logró Balaguer hacer esto? Promoviendo, alentando y secundando tras bastidores una agresiva campaña de descrédito, hostilidad y acoso ciudadano a la empresa Falconbridge Dominicana.
La campaña -a la que naturalmente se sumaron sectores de izquierda y otros que Balaguer no controlaba -surtió el efecto desead Arrinconó a la compañía, la puso a la defensiva, descuartizó su imagen pública y amenazó su valor en Bolsa. Habiendo debilitado a la empresa Balaguer creó condiciones favorables para renegociar.
El descrédito y la mala imagen de Falconbridge eran tan notorios que el propio Balaguer, en un gesto que parecía una burla pero no lo era, –según confesión que al respecto me hiciera John Clelland el Presidente de la compañía en ese entonces- les recomendó que contrataran una firma de relaciones públicas para mejorar su imagen. La firma contratada para esa campaña fue Melvin Mañón y Asociados S.A. que ya desde hacía varios años había estado vinculada a la empresa.
¿Qué tiene todo esto que ver con Loma Miranda ahora?
Falconbridge Dominicana, siendo una filial de Falconbridge Limited, pasó a manos de NORANDA otro conglomerado minero de origen canadiense aunque siguió operando con el mismo nombre de Falconbridge. Posteriormente, hace apenas unos años, Xstrata Nickel, una corporación con base en Suiza, compró las operaciones y es la dueña de la empresa hoy día. En el mundo de hoy, las corporaciones, y Xstrata Nickel es una de ellas, viven del fraude fiscal, del engaño mediático y de las mentiras de fondo.
Los dividendos de los accionistas son el único altar ante el cual se arrodillan estas empresas y sus funcionarios, que no son otra cosa que servidores despiadados de metas de rentabilidad extrema. La palabra de la empresa no vale nada. Sus promesas tampoco. Su reputación cabe en un bolsillo y sobra espacio. Seguimos en la época de las fusiones, las adquisiciones hostiles y la acelerada concentración del capital.
¿Pero qué sucede?
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