Por Praede Olivero Féliz
Llegar a declarar el 8 de marzo como día de la mujer costó mucha lucha, trabajo, sudor y lágrimas, en una sociedad machista, con normas que limitan sus derechos y un estado que los viola
El camino recorrido por la mujer para conquistar sus derechos, incluido el derecho al voto, ha sido largo y tortuoso.
Las primeras feministas y las que han seguido han trabajado mucho y luchado para conquistar lo poco que les han reconocido a la mitad del mundo, a las madres, parejas, hermanas e hijas, a las que los "hombres" (Si, entre comillas), son capaces de matar por cualquier quítame esta paja. Ahí están los cientos de feminicidios como un lastre que nos llena de vergüenza y que tenemos que superar.
Este estado miserable no respeta ni a un símbolo de la justicia y la Sociedad como lo es la Magistrada Mirian Germán, la cual fue sarendeada por el Procurador General de la República de manera ilegal e injusta en el Consejo Nacional de la Magistratura.
El máximo representante del Ministerio Público, que ha dicho Claudio Caamaño, no es muy afecto a la mujer, no sólo violó el reglamento del Consejo Nacional de la Magistratura, sino hasta la Constitución de la República en sus artículos 68 y 69, sobre el derecho de defensa y el debido proceso.
El Magistrado Jean Alain Rodríguez hizo un desquite frente a una magistrada que antes lo había cuestionado y evidenciado como un funcionario de limitada capacidad, haciéndolo frente al Presidente de la República que permitió o le dio apoyo al atropello.
Bien han hecho las mujeres y toda la Sociedad en repudiar esa cobardía y en reclamar la destitución del Procurador nombrado por amistad y tráfico de influencias; sería una forma de celebrar el 8 de marzo como día de la mujer y de hacer un desagravio a la Magistrada Mirian Germán.
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